Bienvenidos

El espacio en donde el tiempo no pasa, se vuelve a vivir...

lunes, 16 de marzo de 2020

La política revolucionaria y nacionalista

TAREA 17 DE MARZO
La política revolucionaria y nacionalista
lee cuidadosamente el articulo siguiente, realiza un cuadro sinóptico en tu cuaderno del tema y contesta las preguntas como se te pide.

I-Responde las siguientes preguntas

¿Qué entiendes por caudillismo?
¿Qué es el presidencialismo?
De los caudillos al surgimiento del PNR
Después del movimiento revolucionario, los primeros gobiernos posrevolucionarios estuvieron marcados por el caudillismo, es decir, el poder político fue encabezado por un caudillo o jefe revolucionario. En efecto, a partir de 1917 y hasta bien entrada la década de 1930, Venustiano Carranza, Adolfo de la Huerta, Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas, que habían participado en la contienda revolucionaria, se enfrentaron unos a otros en la lucha por el poder.
Calles, Obregón y De la Huerta provenían de la clase media, sin vínculos con el régimen porfirista.
Esos caudillos revolucionarios ejercieron, desde la presidencia de México, un poder centralizado considerado legítimo por estar sustentado en el amplio apoyo de los sectores populares y de las clases medias. Mediante el apoyo popular, lograron la cohesión de las principales fuerzas políticas y sociales de la nación, sentando así las bases para el nuevo Estado mexicano posrevolucionario y el presidencialismo.
Como estudiaste en la secuencia anterior, en 1917 y de acuerdo con los principios emanados de la nueva Constitución, el Congreso convocó a elecciones que ganó Venustiano Carranza. El presidente Carranza hizo un intento institucional por mantener bajo control a los obreros, para lo cual su gobierno creó en 1918 la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), encabezada por Luis N. Morones, como la primera gran central obrera con estrechos lazos con el Estado.
Por otro lado, Carranza no puso en práctica el reparto agrario debido a las presiones que ejercían inversionistas nacionales y extranjeros, lo que originó más descontento entre los grupos campesinos que seguían en pie de lucha. A fin de mantenerse en el poder, tuvo que recurrir a la fuerza de las armas. Para someter a los grupos rebeldes, en abril de 1919 mandó asesinar a Emiliano Zapata, dando muestra de autoritarismo y de que la pretendida “legalidad” que había tomado como principio era solo una herramienta para legitimar su poder.
Los generales Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles y Adolfo de la Huerta, proclamaron el Plan de Agua Prieta, en el cual acusaban a Carranza de haber traicionado los principios de la Revolución. El movimiento rebelde originado por el Plan de Agua Prieta fue secundado en todo el país. Carranza tuvo que salir de nuevo para establecer su gobierno en Veracruz, pero fue asesinado por órdenes de Obregón en mayo de 1920. El día anterior se había nombrado ya, como presidente interino, a Adolfo de la Huerta, quien convocó a elecciones. Obregón ganó estos comicios y gobernó entre 1920 y 1924. El periodo de lucha armada había llegado a su fin.
Álvaro Obregón logró someter a los grupos levantados en armas, concentrando el poder en su persona y manteniendo bajo su control a los dirigentes de la clase militar y a los sectores productivos del país. Intentó responder a los reclamos de los campesinos, apoyando el desarrollo de la propiedad agrícola, y a los obreros, permitiendo la creación de centrales sindicales como la Confederación General de Trabajadores (CGT) y dando impulso al desarrollo de la CROM.
Álvaro Obregón perdió su brazo derecho en 1915, en la batalla de Celaya contra el ejército de Villa.
Durante el periodo obregonista, la educación del pueblo fue considerada como un asunto prioritario. José Vasconcelos, ministro de educación, consideraba que la educación era el único camino posible para sacar a la mayoría de los mexicanos del rezago cultural. En materia política, la relación de Obregón con Estados Unidos de América no fue fácil, ya que le negó el reconocimiento en un principio, aduciendo que su gobierno había surgido de un movimiento armado (el de Agua Prieta).
Sin embargo, lo que en realidad pretendía el gobierno estadounidense era conseguir la derogación de los artículos 27 y 123 de la Constitución de 1917, ya que ambos afectaban los intereses de sus conciudadanos. En agosto de 1923, reconoció la legitimidad del gobierno obregonista mediante los Tratados de Bucareli, según los cuales el gobierno mexicano aceptaba que el artículo 27 no tendría efectos retroactivos y no serían afectados los derechos de los ciudadanos estadounidenses obtenidos antes de 1917.
Antes de finalizar el gobierno de Obregón, surgió una revuelta armada por la presidencia, encabezada por Adolfo de la Huerta. En ese contexto, Obregón mandó asesinar a Francisco Villa, temeroso de que le diera su apoyo a De la Huerta. El reconocimiento estadounidense al gobierno obregonista favoreció el ascenso al poder de Plutarco Elías Calles. La rebelión delahuertista hizo evidente la necesidad de despolitizar al ejército y reglamentar quiénes debían ocupar los cargos públicos en cada sucesión presidencial.

Plutarco Elías Calles asumió la presidencia de México para el periodo 1924-1928. Modernizar al país se convirtió en la meta de su gobierno, pues pensaba que con ello permitiría satisfacer las demandas campesinas y obreras. El nuevo presidente consideraba que la pequeña y la mediana propiedad favorecerían la modernización del campo, en mayor medida que el ejido. También estableció estrechos lazos con las centrales obreras y con su líder Luis N. Morones. Con el fin de restar poder a inversionistas y compañías extranjeras, Calles intentó reglamentar el artículo 27 constitucional, en lo referente a la extracción del petróleo, pero el gobierno estadounidense lo amenazó con levantar el embargo de armas a sus opositores. Por ello, una vez más se pospuso la aplicación del artículo 27 en lo referente al petróleo.
Los dos primeros años del gobierno callista fueron de prosperidad económica: se fundaron instituciones financieras como el Banco de México, el Banco de Crédito Agrícola y bancos ejidales; se hicieron importantes obras de infraestructura como puertos, caminos y puentes y se modernizó el sistema fiscal. Sin embargo, en 1926 comenzaron una vez más los conflictos relacionados con la sucesión presidencial, ya que Álvaro Obregón manifestó su deseo de reelegirse. En julio de 1928, Obregón ganó las elecciones pero fue asesinado por un fanático católico llamado José de León Toral.
El asesinato de Obregón evidenció la necesidad de crear una institución política que permitiera que la transmisión del poder se hiciese de manera pacífica. En marzo de 1929, se constituyó el Partido Nacional Revolucionario (PNR), cuyo nombre cambiaría en 1938, por el de Partido de la Revolución Mexicana (PRM) y luego, en 1946, por el de Partido Revolucionario Institucional (PRI), pero que en esencia era el mismo partido político: un partido único que regiría los destinos de México durante los siguientes setenta y un años.

Plutarco Elías Calles con los fundadores del PNR.


Calles se convirtió en el principal líder político. Se le llamaba “jefe máximo de la Revolución Mexicana”, y su influencia sobre las decisiones políticas era sabida por todos. Por ello, al periodo que va de 1929 a 1934 se le conoce como Maximato. En esos años, gobernaron el país bajo la sombra de Calles: Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez.

II.-Actividad
A partir de la lectura de este tema, escribe un texto breve en el que expliques las características políticas, económicas y sociales del caudillismo durante la década de 1920. Escribe cuales son las características de esta forma de gobernar y sus consecuencias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario