Lee y analiza el siguiente texto. Con la información más importante realiza un cuadro sinóptico en tu cuaderno.
Inflación, devaluaciones y deuda
externa
La década de 1980 se caracterizó por
el incremento constante y desmedido de los precios de las mercancías y los
servicios. A este fenómeno se le conoce como inflación y afecta con severidad
la economía de las personas, en especial las que ganan poco dinero, pues la
subida de los precios no va acompañada de un incremento en los salarios.
Durante los años ochenta, el costo de los productos aumentó en promedio 152
veces, así, por ejemplo, un televisor que costaba dos mil pesos en 1980, llegó
a costar trescientos cuatro mil pesos en 1988.
La
inflación es un fenómeno complejo en el que intervienen varios factores
económicos. La alta inflación de los años ochenta se debió a las crisis
económicas derivadas, por un lado, del rezago del campo y la industria; y, por
otro, a que el gobierno actuó de manera irresponsable, al gastar más dinero del
que tenía y al no invertirlo de la mejor forma para el desarrollo del país. El
fenómeno de la inflación llevó a que el peso mexicano sufriera fuertes
devaluaciones.
La
devaluación es la disminución del valor real del dinero con respecto de otras
monedas extranjeras (por lo general, se toma como referencia al dólar
estadounidense).
Las fuertes devaluaciones del peso
en los años ochenta y noventa fueron resultado de la mala administración y la
falta de planeación de los gobiernos de ese momento. El valor del peso había disminuido
por las frecuentes crisis que enfrentaba el país, y las autoridades mexicanas
se empeñaron en mantenerlo en niveles muy altos que a la larga fueron
insostenibles, lo que provocó que el valor del peso respecto al dólar cayera de
manera dramática.
Nuestro país atravesó por una
serie de crisis entre 1982 y 1995. Los lapsos más críticos fueron en 1982-1983,
1987-1988 y 1994-1995. En dichos periodos creció la inflación, se devaluó el
peso y se incrementó la deuda externa. Como puedes observar, los momentos de
crisis más severas coincidieron con los cambios en la presidencia de la
República. También influyeron en esta crisis acontecimientos internacionales,
como la caída de los precios del petróleo en los años ochenta.
Las recurrentes crisis económicas de las últimas décadas del
siglo XX obligaron al gobierno mexicano a solicitar numerosos préstamos y la
deuda externa creció en forma desmedida. Si al inicio de 1970 la deuda del país
era de cuatro mil millones de dólares; para 1982 se había incrementado a cerca
de sesenta mil millones y en 1995 llegó a cien mil millones.
El hecho de que el gobierno mexicano tuviera una deuda tan
grande implicó que se destinaran muchos recursos al pago de esta y de sus
intereses, en lugar de ser utilizados para mejorar la situación socioeconómica
de la población. Además, la presión de los organismos internacionales que
prestaron dinero a nuestro país, como el Banco Mundial (BM) y el Fondo
Monetario Internacional (FMI), obligaron
a la adopción de nuevas políticas económicas. El periodo de
inestabilidad económica que padeció México entre 1982 y 1995, reflejado en la
inflación, las devaluaciones y el fuerte endeudamiento externo, afectó con
rigor el nivel de vida de la mayoría de las personas: redujo su poder
adquisitivo, es decir, su capacidad para comprar, impidió el ahorro y el acceso
a créditos bancarios, produjo la bancarrota de diversas empresas y aumentó el
desempleo, entre otros graves problemas. Todo esto provocó que la clase media,
que había aumentado entre las décadas de 1940 y 1960, se redujera y
empobreciera, y que las diferencias entre ricos y pobres se hicieran cada vez
más grandes.